Ni Iburprofeno, ni Paracetamol: el verdadero remedio no farmacológico para el dolor de espalda

El dolor crónico de espalda es un problema muy frecuente que afecta considerablemente a la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Aunque existen diversos tratamientos, el ejercicio físico destaca como una alternativa efectiva y segura para reducir el dolor, según investigaciones recientes.
Ejercicio físico como analgésico para el dolor de espalda
Un estudio publicado en Journal of Science and Medicine in Sport examinó la trayectoria del dolor en pacientes con dolor lumbar crónico que participaron en un programa de entrenamiento que combinaba ejercicios aeróbicos y de fuerza. Durante 14 semanas, los investigadores analizaron cómo se reducía el dolor, tanto inmediatamente después de cada sesión como a lo largo del programa completo.
Los resultados revelaron que el ejercicio tiene un potente efecto analgésico. El dolor en la zona lumbar disminuyó de forma notable, especialmente en las primeras semanas del programa, aunque después el ritmo de reducción se hizo más lento. Este patrón muestra que los beneficios iniciales del ejercicio son muy importantes y se estabilizan con el tiempo, manteniendo el dolor en niveles más bajos que al inicio.
Un aspecto interesante es el efecto inmediato del ejercicio, conocido como hipoalgesia inducida por ejercicio, que persistió durante todo el programa. Cada sesión produjo una reducción significativa del dolor, lo que sugiere que el ejercicio no solo tiene un beneficio acumulativo, sino que también proporciona alivio inmediato en episodios agudos.
Además de aliviar el dolor, los participantes también mejoraron en otras áreas como la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la percepción psicológica del dolor. La discapacidad física, el miedo al movimiento y las conductas catastrofistas relacionadas con el dolor se redujeron considerablemente al finalizar el programa de entrenamiento.
El estudio también destacó que aquellos pacientes con niveles de dolor más altos al inicio experimentaron una reducción más marcada, aunque el efecto tendía a disminuir progresivamente. Por otra parte, las personas con menos años de evolución del dolor crónico obtuvieron mejores resultados, indicando que intervenir temprano podría ser clave para una recuperación más efectiva.
Esta investigación subraya la importancia de adoptar programas de ejercicio físico regular y moderado a intenso en el tratamiento del dolor lumbar crónico. Asimismo, refuerza la idea de que, aunque los beneficios más notables del ejercicio se dan al inicio, mantener una práctica constante es fundamental para preservar estos efectos positivos a largo plazo.
En conclusión, la evidencia científica respalda firmemente la incorporación del ejercicio como estrategia terapéutica para manejar el dolor crónico de espalda. Además de sus efectos analgésicos inmediatos, el ejercicio proporciona beneficios sostenidos que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.