Estos son los 9 alimentos que debes evitar si sufres reflujo ácido

22.07.2025

Si alguna vez has sentido una quemazón incómoda en el pecho o un sabor amargo en la boca después de comer, es probable que hayas experimentado el reflujo ácido. Esta condición, también conocida como acidez estomacal o ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico) si es crónica, ocurre cuando el ácido del estómago regresa al esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago.

Aunque a menudo se maneja con medicamentos, una de las herramientas más poderosas para controlarlo está en tu plato. Modificar tu dieta puede marcar una gran diferencia en la frecuencia e intensidad de tus síntomas.

Alimentos poco recomendados si padeces problemas de reflujo

A continuación, te presentamos 9 categorías de alimentos que son conocidos por desencadenar o empeorar el reflujo ácido y que, si lo padeces, deberías considerar reducir o eliminar de tu dieta.

1. Cítricos y jugos cítricos

Aunque son alimentos nutritivos y excelentes fuentes de vitamina C, antioxidantes y fibra, los cítricos como naranjas, limones, limas, pomelos y sus jugos tienen un alto contenido de ácido cítrico y ascórbico.

Esta acidez no solo puede debilitar temporalmente el esfínter esofágico inferior (EEI) —la barrera que evita que los ácidos estomacales regresen al esófago—, sino que también puede irritar directamente la mucosa esofágica, especialmente en personas con esofagitis o sensibilidad preexistente. Incluso en formas diluidas (como jugos con agua), su consumo en ayunas o en grandes cantidades puede desencadenar molestias.

2. Tomates y productos derivados

Los tomates, ya sean frescos o procesados (salsas, kétchup, puré, jugo o incluso sopas), contienen ácido málico y cítrico, que elevan su pH ácido. Cuando se cocinan (como en la salsa de pizza o pasta), su concentración de ácidos se intensifica.

Además, algunos aditivos en salsas industriales (como conservantes o azúcares) pueden agravar el reflujo. Estudios sugieren que su efecto es más notable cuando se combinan con grasas (ej.: lácteos en la lasaña), lo que retrasa la digestión y aumenta la presión intraabdominal.

3. Alimentos grasos o fritos

Las comidas ricas en grasas —como carnes rojas grasosas, embutidos, lácteos enteros, frituras o snacks procesados— ralentizan el vaciado gástrico. Esto genera una distensión prolongada del estómago, que presiona el EEI y favorece el reflujo. Adicionalmente, las grasas estimulan la liberación de colecistoquinina, una hormona que relaja el EEI. Alimentos como la mantequilla, quesos curados o incluso aguacates (aunque saludables) deben consumirse con moderación en personas propensas a la acidez.

4. Menta y hierbabuena

A pesar de su reputación como aliadas digestivas (por su capacidad para aliviar gases o náuseas), la menta y la hierbabuena contienen mentol, un compuesto que relaja la musculatura lisa, incluido el EEI. Esto explica por qué infusiones, chicles o caramelos de menta pueden provocar ardor después de su consumo. Alternativas como el jengibre o la manzanilla son más seguras para quienes padecen reflujo.

5. Chocolate

El chocolate —especialmente el negro y con alto porcentaje de cacao— es una combinación problemática: contiene teobromina (una metilxantina que relaja el EEI), cafeína (estimulante de la secreción ácida) y grasas que enlentecen la digestión. Además, suele consumirse con ingredientes agravantes (leche, azúcar o alcohol, como en los postres). Pequeñas porciones pueden ser toleradas, pero su ingesta frecuente empeora los síntomas.

6. Cebolla y ajo

Estos ingredientes básicos en la cocina contienen compuestos sulfurados y fermentables (FODMAPs), que pueden irritar el esófago y fermentar en el intestino, generando gases que aumentan la presión abdominal. El ajo crudo es particularmente agresivo, pero incluso cocido puede causar molestias en personas sensibles. Algunas alternativas son usar hierbas como el cebollino o especias suaves (comino, laurel).

7. Bebidas con cafeína

El café (incluso el descafeinado, que conserva otros ácidos), el té negro, las bebidas energéticas y algunos refrescos estimulan la producción de ácido gástrico y reducen la presión del EEI. La cafeína también acelera el ritmo intestinal, lo que puede generar contracciones anómalas. Optar por infusiones sin teína (rooibos, té blanco) o limitar la ingesta a 1 taza al día con alimentos puede mitigar el efecto.

8. Bebidas carbonatadas

Los gases en refrescos, cervezas sin alcohol o aguas con gas expanden el estómago, forzando la apertura del EEI. Además, muchas contienen cafeína, ácido fosfórico o edulcorantes que agravan la acidez. Beber lentamente o elegir versiones sin burbujas (como jugos naturales no cítricos) es recomendable.

9. Alcohol

El alcohol es un triple riesgo: relaja el EEI, aumenta la secreción ácida e irrita directamente la mucosa esofágica. Las bebidas como el vino tinto (taninos) y los cócteles azucarados son especialmente problemáticos. La moderación es clave, así como evitar acostarse tras su consumo y optar por alternativas como kombucha sin alcohol o infusiones frías.

Consejos adicionales:

  • Combinaciones peligrosas: Mezclar varios desencadenantes (ej.: café + chocolate después de una comida grasosa) potencia el reflujo.
  • Factores individuales: No todos reaccionan igual; llevar un diario alimenticio ayuda a identificar triggers o desencadenantes personales.
  • Forma de consumo: Comer rápido o en exceso empeora los síntomas. Masticar bien y fraccionar las comidas es esencial.

La clave es la individualización

Es importante recordar que la tolerancia a estos alimentos puede variar de persona a persona. Lo que desencadena el reflujo en una persona puede no afectarle a otra.

La mejor estrategia es llevar un diario alimentario para identificar tus propios disparadores y, siempre, consultar a un médico o nutricionista para obtener un plan de dieta personalizado y adecuado a tu condición. Eliminar o reducir estos alimentos es un gran paso para controlar el reflujo ácido y mejorar tu bienestar digestivo.