El pan es saludable?

Tan amado como desnostado en estos últimos tiempos. Analizamos lo que dice la ciencia sobre el pan, ¿podremos comerlo sin remordimientos?
LUIS JIMÉNEZ, LICENCIADO EN CIENCIAS QUÍMICAS Y AUTOR DEL BLOG "LO QUE DICE LA CIENCIA PARA ADELGAZAR" Y DEL LIBRO CON EL MISMO NOMBRE
¿El pan es saludable?
Se trata de un alimento muy arraigado en la gastronomía española, una de nuestras principales fuentes energéticas. Aunque las investigaciones epidemiológicas específicas sobre el pan son bastante escasas, la ciencia es bastante dura en sus resultados:
Peso corporal: la única revisión sistemática es de 2012 en la Universidad de Las Palmas y está publicada en Nutrition Reviews. Concluyó: "(...) los estudios encuentran una relación positiva entre el consumo del pan blanco y el peso corporal". Posteriormente, los dos grandes estudios que se han publicado sobre el tema (The British Journal of Nutrition, 2013 Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y BMC Public health 2014, Universidad de Navarra) también asociaron un mayor consumo de pan blanco con un mayor peso.
Índice glucémico: el plan blanco es un alimento de muy elevado índice glucémico. Hay decenas de revisiones sistemáticas y metaanálisis (por ejemplo, American Journal of Clinical Nutrition 2014, Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases 2013),que han encontrado relación entre alimentos de elevado IG, un mayor peso corporal y la incidencia de diversas enfermedades.
Energía: si eliminamos el agua, el 75% del pan blanco es almidón, además de una cantidad significativa de azúcar. Según el reciente estudio español ANIBES (2015), el pan es el alimento que mayor porcentaje de energía aporta a los españoles (más de un 11% de las calorías).
Ingesta descontrolada: hay algún estudio en el que se ha identificado el pan como un alimento adictivo.
Nutrición: el pan blanco aporta sobre todo carbohidratos de rápida absorción y una pequeña cantidad de proteínas y de ácidos grasos. Aporta una cantidad razonable de un par de minerales, calcio (en cantidades similares a las de los lácteos y una buena cantidad de hortalizas y frutos secos) y hierro (también similar a la de los vegetales y legumbres). En lo que sí es un "campeón" es en su aportación de sal, otro componente que suele recomendarse reducir porque lo comemos en exceso. Sus defensores suelen destacar su contenido en algunas vitaminas del grupo B, de nuevo en cantidades similares a las de los frutos secos, las legumbres, algunas hortalizas o el pescado. Pero en el resto de vitaminas su aportación no es significativa.