Correr con calor: los cuidados esenciales

Cuanto más alta la temperatura ambiente, mayor será el gasto energético de nuestro cuerpo para mantener sus aproximados 36ºC, utilizando mecanismos para refrigerarnos. Los principales mecanismos son el aumento de la circulación periférica de la sangre y el sudor.
Cuando esta circulación periférica aumenta, dilatando nuestros vasos periféricos, nuestra presión tiende a reducir y la sangre que solía estar más concentrada en lugares específicos se ubica más cerca de nuestra piel, reduciendo la eficiencia de funciones como digestión, raciocinio, atención y hasta contracción y relajamiento muscular.
Correr con calor: referencias y tips
Mientras transpiramos, además de perder agua perdemos sales minerales como sodio, esencial en el proceso de contracción y relajación muscular. Si transpiramos mucho sin reponer el líquido perdido, el cuerpo se deshidrata, afectando casi todas nuestras funciones.
El resultado natural de esta fatiga y debilidad precoz del músculo genera falta de aire, mareos y caídas de presión abruptas. El resultado: aumento de pace, bajo kilometraje, reducción del volumen de entrenamientos o hasta lesiones por pérdida de rutina y disposición.
Tips para correr con calor
Pero, para que todo eso suceda (o por lo menos para alejar las chances de que eso pase), vale la pena seguir algunos tips de correr con calor:
- Cambie sus horarios de entrenamiento: Es la primera alternativa de muchos corredores que entrenan a la hora del almuerzo o al final del día, pasar a correr por la mañana. Para quienes ya corren por la mañana, se puede decidir empezar aún más temprano;
- Siga el pronóstico del tiempo: si descubrís que un día antes o después del día en que planeaste entrenar estará un poco más fresco, intente anticipar o atrasar el entrenamiento (en la medida de lo posible), adaptándose de acuerdo a la característica del entreno;
- Adapte su planilla: por ejemplo, reduzca o fragmente los fondos o altere la intensidad y la duración, inclusive en los entrenos de cuestas (sugiero que lo charles con tu entrenador);
- Nutrición: aumente la ingestión de líquidos antes, durante y después de los entrenamientos, así como la reposición de sales minerales y los nutrientes perdidos (vale la pena conversar con su nutricionista);
- Busque nuevas rutas: intentá ir por recorridos con más sombra, más árboles y, si fuera posible, con el piso menos caliente (por ejemplo, polvo de ladrillo o senderos);
- Ducha fría: enseguida que terminás de correr, un baño de agua fría ayuda a tu cuerpo a refrigerarse más rápido, economizando valiosas energías;
- Respetá tu cuerpo: si no te sentís bien, pará.
Lo cierto es que, para muchos, el calor es una cuestión de costumbre. Nuestro cuerpo realmente tiene esa capacidad. Sin embargo, toda adaptación precisa de un tiempo mínimo y, por eso, tenemos que cuidarnos. Por eso, entendé que lo que necesitamos en estos días es paciencia, ya que de a poco irás sufriendo menos.
fuente: atletas.info